miércoles, 23 de marzo de 2011

A 35 años del Golpe de Estado en Argentina

El 24 de marzo de 2011, se cumplen 35 años del Golpe de Estado que llevó a la República Argentina a una de las peores crisis político-sociales y económicas de la historia. 
Dejó como saldo 30.000 desaparecidos los cuales eran padres, hijos, hermanos, amigos. 500 nietos apropiados que habrían nacido en cautiverio o robado de sus cunas para ser entregados a los propios verdugos de sus familias. Una deuda externa que llegó a 40.000 millones de dólares.  
Miles de profesores, médicos, obreros, maestros, periodistas, artistas y pueblo en general encontraron el exilio, la desaparición o la muerte por parte de las Fuerzas Armadas que, en nombre de la Reorganización Nacional actuaban con total impunidad, secuestrando gente y llevándolos a Centros Clandestinos de Detención.

Por eso, a 35 años de aquel genocidio debemos seguir luchando por mantener viva la memoria colectiva, para que NUNCA MÁS permitamos que se use la fuerza del Estado en contra del pueblo y para recordar a nuestros hermanos desaparecidos y asesinados que lucharon por una patria con justicia y libertad. Depende de nosotros que su esfuerzo y entrega no hayan sido en vano.



“...Una semana después seguía lloviendo. La versión oficial, mil veces repetida y machacada en todo el país por cuanto medio de divulgación encontró el gobierno a su alcance, terminó por imponerse: no hubo muertos, los trabajadores habían vuelto con sus familias, y la compañía bananera suspendía actividades mientras pasaba la lluvia...

...Durante el día los militares andaban por los torrentes, con los pantalones enrollados en media pierna, jugando a los naufragios con los niños. En la noche, después del toque de queda, derribaban puertas a culatazos, sacaban a los sospechosos de sus camas y se los llevaban a un viaje sin regreso. Era todavía la búsqueda y el exterminio de los malhechores, asesinos, incendiarios y revoltosos del Decreto número Cuatro, pero los militares lo negaban a los propios parientes de sus víctimas, que desbordaban la oficina de los comandantes en busca de noticias. "Seguro que fue un sueño", insistían los oficiales. "En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando nada ni pasará nunca. Este es un pueblo feliz".


Gabriel García Márquez.

De Cien Años de Soledad (1967)
La Huelga Bananera.











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